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INTRODUCCIÓN
Durante los últimos dos años hemos enfrentado la crisis financiera más severa desde la Gran Depresión. Norteamericanos alrededor de la nación están luchando con el desempleo, los fracasos en los negocios, la caída de los precios de sus casas y la disminución de sus ahorros. Estos desafíos han obligado al gobierno a tomar medidas extraordinarias para restaurar el sistema financiero, para que esa gente pueda acceder a préstamos para comprar un auto o una casa, pagar por la educación de sus hijos o financiar un negocio.
Las raíces de esta crisis vienen de décadas atrás. Años sin una recesión económica seria produjeron despreocupación entre los intermediarios financieros y los inversores. Los desafíos financieros tales como el fracaso de Long-Term Capital Management(1) y la Crisis Financiera Asiática han tenido un impacto mínimo en el crecimiento de la economía de EEUU, lo cual produjo esperanzas exageradas sobre la resilencia de nuestro mercado y empresas financieras. El crecimiento en el precio de los activos, especialmente en propiedades inmobiliarias, ocultó modelos débiles de respaldo de créditos y enmascaró el creciente endeudamiento todo el sistema.
En algunas de nuestras más sofisticadas entidades financieras, los sistemas de manejo del riesgo no mantuvieron el ritmo de la complejidad de los nuevos productos financieros. La falta de transparencia y estándares en los mercados para los préstamos asegurados ayudaron a debilitar los esquemas de respaldo débiles. La disciplina del mercado decayó cuando los inversores confiaron excesivamente en las agencias de clasificación crediticia. Las prácticas de compensación de toda la industria de servicios financieros premiaron las ganancias a corto plazo a expensas de los valores a largo plazo.
Los propietarios inmobiliarios vieron ganancias significativas en el acceso a créditos, pero esas ganancias fueron oscurecidas por fallas en la protección de los consumidores, dejando muchos norteamericanos con obligaciones que ellos no entienden y no pueden afrontar.
Aunque esta crisis tenga diferentes causas, está claro ahora, que el gobierno pudo haber hecho más para prevenir el crecimiento fuera de control de muchos de estos problemas que amenazan la estabilidad de nuestro sistema financiero. Las fisuras y las debilidades en la supervisión y la regulación de las entidades financieras presentaron desafíos a nuestra habilidad de gobierno para monitorear, prevenir o identificar riegos mientras ellos aumentaban en el sistema. Los partidarios de la no regulación percibieron su trabajo como protectores de la economía y del sistema financiero como un todo. Existen enfoques en cuanto la normativa sobre compañías de holding bancario concentradas en proteger bancos subsidiarios y no en la regulación amplia de la totalidad de la entidad. Los bancos de inversión pudieron optar por diferentes regímenes, bajo diferentes normativas y al hacer eso escapaban de las obligaciones apropiadas. Otras entidades como AIG, poseían seguros de depósitos, pero escapaban a la crítica de normativas serias porque los depósitos que ellos poseían no eran técnicamente bancarios bajo las leyes pertinentes.
Debemos actuar ahora para restaurar la confianza en la integridad de nuestro sistema financiero. El daño duradero a las familias y a los negocios es un recuerdo constante de la necesidad urgente de actuar para reformar nuestro sistema de regulación financiera y poner a nuestra economía en el camino de una recuperación sustentable. Debemos construir una nueva base para reglamentación y supervisión financiera, que es un esfuerzo más simple y efectivo, que proteja a los consumidores e inversores, que busque innovación y que pueda adaptar y evolucionar con los cambios del mercado financiero.
En las siguientes páginas, proponemos reformas para cumplir cinco objetivos claves:
(1) Promover una fuerte supervisión y regulación de las entidades financieras. Las instituciones financieras que son esenciales para el funcionamiento del mercado deberían ser objeto de una fuerte inspección. Ninguna de las entidades no financieras, que plantean riesgo significativo al sistema financiero deberían ser desreguladas o reguladas débilmente. Necesitamos aclarar en la inspección y supervisión financiera la responsabilidad de los actos. Proponemos:
Un nuevo Consejo de Inspección de los Servicios Financieros de organismos de control financieros para identificar los riegos sistémicos emergentes y mejorar la cooperación entre agencias.
Nueva facultad para la Reserva Federal para supervisar todas las entidades que puedan plantear una amenaza a la estabilidad financiera, aún si ellas no son entidades bancarias.
Capital fuerte y otras normas prudenciales para todas las entidades financieras y también altos requerimientos para las entidades grandes e interconectadas.
Un Supervisor de Bancos Nacionales para supervisar el grupo de bancos (comprendidos en las) normativas nacionales.
Eliminación del estatuto federal de préstamos hipotecarios y otros pretextos que permitían a algunas instituciones de depósito evitar los controles de la Reserva Federal a las compañías de grupos bancarios.
El registro de asesores de fondos financieros especiales (hedge funds)(2) y otros grupos privados de capital en la SEC (Securities and Exchange Commission)(3).
(2) Establecer una supervisión exhaustiva de los mercados financieros. Nuestro principal mercado financiero debe ser lo suficientemente fuerte para resistir problemas de todo el sistema y las fallas de una o más instituciones grandes. Proponemos:
Mejorar la reglamentación de los mercados de garantías, incluidos los nuevos requerimientos para la transparencia de mercado, fuerte regulación de las agencias de clasificación crediticia, la obligación de los emisores y generadores (de transacciones financieras) de retener un interés financiero para asegurar préstamos.
Normativa más completa de todos los compromisos a futuro.
Nueva facultad para la Reserva Federal de supervisar sistemas de pago, de clearing y de reembolso.
(3) Proteger al los consumidores e inversores del abuso financiero. Para reconstruir la confianza en nuestros mercados, necesitamos una normativa y una supervisión fuerte y constante de los servicios de consumo financiero y de los mercados de inversión. Debemos basar esta supervisión, no sobre la especulación o sobre modelos abstractos, sino en información real sobre cómo la gente toma decisiones financieras. Debemos promover la transparencia, la simplicidad, la claridad, la responsabilidad y la posibilidad de acceso (a los servicios financieros). Proponemos:
Una nueva agencia de Protección al Consumidor Financiero, para proteger a los consumidores en todo el sistema financiero de prácticas injustas, deshonestas y abusivas.
Fuertes reglas para mejorar la transparencia, la claridad y las formas correctas, en los productos y servicios para consumidores e inversores.
Reglas de juego claras y altos requerimientos normativos para proveedores de productos de consumo financiero, sean o no parte de un banco.
(4)Proveer al gobierno de las herramientas que necesite para manejar la crisis financiera. Necesitamos estar seguros de que el gobierno tenga las herramientas necesarias para manejar la crisis cuando ella aparezca y que esta no nos deje entre las opciones insostenibles de rescate o de colapso financiero. Proponemos:
Un nuevo régimen para determinar (cuales son) las instituciones financieras no bancarias cuya caída podría tener graves efectos sistémicos.
Revisión de la facultad de la Reserva Federal sobre créditos de emergencia, para mejorar (el esclarecimiento) de la responsabilidad.
(5)Crear un modelo de normativa internacional y mejorar la cooperación internacional. Los desafíos que enfrentamos no son sólo desafíos norteamericanos, son desafíos globales. Por los tanto, así como trabajamos en un conjunto de normas de alto nivel aquí en EEUU, debemos pedir al mundo que haga lo mismo. Proponemos:
Reformas internacionales para apoyar nuestros esfuerzos en nuestro país, incluyendo el fortalecimiento de la estructura del capital, mejorando la inspección de los mercados financieros globales, coordinando la supervisión de las entidades internacionales, mejorar las herramientas de manejo de crisis.
Además de las reformas sustantivas de las facultades y prácticas de control y supervisión, las propuestas contenidas en este informe incluyen una restructuración significativa de nuestro sistema de regulación. Proponemos la creación de un Consejo de Inspección de los Servicios Financieros, compuesto por el Tesoro que incluya como miembros a personas a cargo de los principales organismos de control financiero federales. También proponemos la creación de una Agencia de Protección del Consumidor Financiero, la cual será una entidad independiente dedicada a proteger al consumidor de los mercados de crédito, ahorros y pagos. También proponemos la creación del Supervisor de Bancos Nacionales, que será una agencia única con estatus separado en el Tesoro y con responsabilidad en las instituciones de depósito de régimen federal. Para promover la coordinación nacional del sector de seguros, proponemos la creación de una Oficina Nacional de Seguros dentro del Tesoro.
En nuestra propuesta, la Reserva Federal y la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) mantendrían sus respectivos papeles en la supervisión y control de los bancos estatales, y la Administración de Cooperativas de Crédito Nacionales (NCUA)(4) mantendría sus facultades en lo referente a las cooperativas de créditos. La Comisión de Garantías e Intercambio (SEC) y la Comisión de Comercio a Futuro de Comodity (materias primas) (CFTC)(5) mantendrían sus responsabilidades y facultades actuales como reguladores de mercado, aunque proponemos armonizar los marcos legales y regulatorios (para transacciones a) futuro y garantías.
Las propuestas contenidas en este informe no representan un conjunto completo de las reformas potencialmente deseables de la normativa financiera. Mucho puede y debería hacerse en el futuro. Nos concentramos aquí en lo que es esencial: referirnos a las causas de la crisis actual, crear un sistema financiero más estable y más justo para los consumidores y ayudar a prevenir y contener posibles crisis futuras.
Estas propuestas son el producto de consultas individuales con miembros del Grupo de Trabajo del Presidente sobre Mercados Financieros, Miembros del Congreso, académicos, abogados de consumidores e inversores, organizaciones comunitarias de base, la comunidad de negocios y participantes de la industria y del mercado.
(1)Fue un fondo de inversión (hedge fund) que usó estrategias de mercado sofisticadas y con alto endeudamiento e iliquidez. Fracasó estrepitosamente a finales de los `90, obligando al rescate masivo de las entidades financieras más importantes de EEUU, controladas por la Reseva Federal. Volver
(2)Es un grupo de inversiones que se manejan de forma agresiva, utiliza estrategias avanzadas de inversión de alto riego, en mercados nacionales e internacionales. Tiene por objetivo generar altos retornos. En su mayoría son grupos privados abiertos a un limitado número de inversores y requiere un gran capital inicial mínimo. Debido a su característica de iliquidez requiere que los inversores mantengan su dinero en el fondo por lo menos por un año. Volver
(3)Es una comisión gubernamental creada por el Congreso de los EEUU, que regula los mercados de valores para proteger a los inversores. Volver
(4)Es una agencia federal de EEUU que monitorea a las cooperativas de crédito en todo el país. Tiene la responsabilidad de administrar los fondos que se utilizan para asegurar los depósitos de esas entidades. Volver
(5) Es una agencia del gobierno de los EEUU creada para asegurar la apertura y la eficiencia de las operaciones de mercado a futuro. Debe proteger a los inversores de prácticas abusivas, el fraude y la manipulación. Volver
Las notas a pie de página fueron incluídas por la traductora.